Oda a la sombra
Querida sombra, que ganas de sacarte de mi casa
Pues escondes la luz que debe prevalecer y entrar
Para iluminar los ánimos y los miedos
Te escondes y es difícil darte cuenta de que estás ahí
Tan cómoda, tan acomodada entre nuestras voluntades
Mal aconsejando a las virtudes, callando los amores
Dando voz a lo que nos oscurece y nos aparta
Y estando ahí, sin apenas hacer ruido
Me envuelves y me abrazas
Al grado que me haces sentir cómodo echado sobre tu regazo
Y me cegas e impides me dé cuenta de que me consumes en la queja
En el enojo, en la ira, en la falta de sonrisas, en el juicio
La crítica, el miedo, la inseguridad
Querida sombra, gracias por hacerme ver todo lo que soy
Abrir mis ojos y aceptar la terrible verdad,
La abundante oscuridad que vive en mi
Mi ira y desesperación, mis frustraciones y enojos
Venidos desde la profunda y escondida necesidad
Saber que soy soberbio, arrogante y déspota
Burlón, miedoso, necesitado y débil. Inseguro
Saber que necesito ser querido por quien no se sabe si me quiere
¿o es acaso que no me quiere, como quiero que me quieran?
Y si fuese así, ¿me haría mejor?, ¿sería mejor?, ¿habría más luz?
Y si soy toda esta serie de emociones que me opacan
Y oscurecen mi camino, como la falta de empatía hacia el dolor ajeno
Proveniente de mi arrogante creencia de perfección
De mi falsa sapiencia, de mi mal logrado equilibrio
De la sorteada ecuanimidad cuya dicha no he ganado
Sábete también que soy al mismo tiempo luz
Amor, comprensión, humildad, empatía, entendimiento
Dador de amor y luz, de paz y sabiduría,
Del consejo que cura y alienta, reflejo del amor recibido en la cuna
En mis años de desarrollo y en la búsqueda incesante
E interminable por alcanzar la madurez y el balance
Hoy me miro al espejo y me reconozco lleno y tupido de defectos
Más oscuro que güerito y bien parecido
Iracundo, explosivo, intolerante, arrogante, miedoso, dolido, lastimado
Susceptible, herido, juicioso, incomprensible, poco empático, inseguro, vulnerable
Con la voz callada y el reclamo ahogado
Qué ganas de largarte de casa, de darte una patada en el culo
Y que vueles alto y te pierdas ahí donde descansan todos los que rechazo
Y que sin embargo se parecen tanto a mi
Qué ganas de romper el espejo y no volverme a ver
De echarle agua caliente para que se empañe el reflejo y se esfume
Y se esconda, y no haya entonces que afrontarla
Y salga por ahí, muy de vez en cuando
Tan de repente, tan sin querer
Que sea entonces poco notado
Y cuando grite sea olvidado y perdonado
Pues sucede muy de a veces, aunque por dentro cada vez ocupe más espacio
Mejor te abrazo y lo hago fuerte, como se abraza al ser amado
Firme y entregando el corazón, rindiendo la voluntad
Frágil ante su grandeza
Te abrazo así, lleno de defectos que habremos de cambiar
Mi ego y yo, yo y tú, mi mente, mi miedo, mi oscuridad y mi anhelo
Te abrazo, me abrazo, me acepto y me amo, iracundo, irracional
Explosivo, soberbio, arrogante, callado en el perdón
Sonriente en la alabanza
Te abrazo y te quiero querida sombra
Quédate aquí mirándome de cerca, estate ahí con tu vara alta
Juzgándome y no en voz queda
Cada vez que me equivoco, cada vez que me lleno más de ti
Apláudeme fuerte con halagos y fanfarrias
Cada vez que mis pasos y acciones se llenen y conduzcan por tu oscuridad
Para así darme cuenta de que estoy dejando la luz de tras
Y volver al camino en ella, por ella y a través de ella
Así pues, te abrazo sombra, con la única intención de alejarme de ti.